La culpa suele ser una gran fuente de ansiedad. En mi caso lo fue debido a que era tremendamente perfeccionista. En nada me permitía fallar. En los estudios, relaciones, lo que decía o hacía… todo debía hacerlo perfecto. Estaba en constante guerra interna contra el error, generándome así una enorme tensión interna. La verdad que siendo de esa manera, lo raro hubiese sido no haber entrado en la ansiedad.
Tardé en verlo, pero para mi fue una liberación darme cuenta de que el EL ERROR NO EXISTE. Ya sé que interiormente nos saltan cientos de pensamientos diciéndonos lo contrario, fruto del aprendizaje recibido de la familia, escuela, sociedad,… que desde pequeños nos dicen de su existencia. Que cuando haces o dices algo inadecuado, has de sentirte culpable. Pero no sólo eso, sino que también esa culpa es necesaria para aprender a corregir y no volver hacerlo. Tanto nos meten esas ideas en la cabeza, que llega un momento en el que somos nosotros solos quienes ya nos culpabilizamos. Ya nadie tiene que decírnoslo, sino que directamente nos flagelamos diciéndonos frases del tipo “soy un inútil” “un tonto” “(incluso graves insultos)”, haciendo que te sientas miserable.
Tuve que pasar bastante tiempo autoobservándome, para darme cuenta de que SIEMPRE ESTABA APRENDIENDO y que todos lo hacemos. De que en la vida continuamente estamos afrontando nuevas situaciones. Que las personas cambian, los acontecimientos se nos presentan nuevos, muy pocos de los momentos del día son exactamente iguales a otros ya vividos. Ello nos lleva siempre a estar APRENDIENDO. Continuamente estamos tratando de adaptarnos de la mejor manera que podemos y sabemos a todo lo nuevo que se nos presenta. Y ahí está la clave: QUE SIEMPRE ESTAMOS APRENDIENDO A VIVIR. Y todo aprendizaje es un proceso.
¿Recuerdas cuando aprendiste a leer? Cuando no leías bien, ¿eran errores o es que estabas aprendiendo?
¿Recuerdas cuando aprendiste a escribir? cuando no escribías bien, ¿eran errores o es que estabas aprendiendo?
Detente, trata de recordarlo y discernirlo antes de continuar leyendo.
Pero sobre todo… ¿recuerdas cuál era tu actitud interna cuando tenías dificultad para leer y escribir? Si no lo hacías bien, corregías y punto. Te decías algo así como “vale, ya lo sé para otra vez”, aprendías la palabra y continuabas. Ya está, sin más. Internamente no te criticabas, insultabas, reprochabas, culpabas,… No te decías “soy un tonto” “un inútil” “no valgo para nada” “no debería haberme equivocado”… De haberlo hecho hubiese sido un serio obstáculo para el propio aprendizaje, además de una auténtica tortura.
Pero ya no somos niños ¿verdad? De adultos sentimos que las cosas se complican, todo es más complejo. Pero… ¿el hecho de que sea más complejo, justifica que nos tengamos que culpar? No. Al igual que cuando éramos niños, ESTAMOS APRENDIENDO. Y siempre tratamos de hacerlo de la mejor manera posible. ¿No lo crees? Haz memoria y trata de localizar una sola situación en la que te equivocaste adrede. Que previamente eras plenamente consciente de que ibas hacer algo mal. Seguro que ninguna. En tu intención no estaba el equivocarte. ¡¡¡De haber podido o sabido hacerlo mejor, directamente lo hubieses hecho!!! ¿A que sí? ¡¡¡De haber sido adivino/a y hubieses sabido lo que iba a suceder a continuación, no lo hubieses hecho!!! ¿A que no?
¿Lo ves? ¿Dónde cabe la culpa ahí?
En ninguna parte. El error no existe. Siendo realistas y con los pies bien puestos en el suelo, sólo existe aprendizaje. Sólo cabe el decir “vale, ya lo sé para otra vez”, tomar nota y continuar.
Por favor, ¡¡QUE ESTAMOS APRENDIENDO A VIVIR!!. Tratemos de ser más comprensivos y compasivos con nosotros mismos. No lo sabemos todo en esta vida, ni tenemos porqué saberlo. ¿De qué te sirve la culpa? ¿Qué te aporta? ¿Te ayuda en algo? Ponte las cosas fáciles, suéltala, déjala marchar no concentrándote en ella. Suéltala por inútil y sobre todo porque no es real. Aplícate el mismo cariño que eres capaz de dar a los demás y continúa con tu vida. No has venido a este mundo para ser tu juez, has venido para aprender a ser feliz. Así que date un tierno abrazo de perdón… y continúa con tu caminar.
Gracias rafa, todos los dias leo algo de tu blog y APRENDO algo nuevo. Sigue asi
Gracias!
Magnífico artículo. Es tremendamente instructivo amén de realista. Por cierto,¿Tratarás en el futuro un tema que a mi personalmente me parece capital: el subconsciente? Estoy en un punto en que no se si mis esfuerzos conscientes para superar la ansiedad son suficientes o validos, porque he probado casi de todo y sigo sin nada…
¡Un saludo!
Hola Rafa, relamente tus palabras me reconfortan, nos haces ver muchas cosas que a veces no logramos ver.
Te mando un gran saludo desde México.
Entiendo que estás hablando de la culpa desde un punto de vista en que hay personas que se autocritican por cosas que según sus creencias hicieron mal y caen en círculos viciosos de autoculpa o bien es el escrutinio de jueces externos que te pueden responsabilizar por cosas que no son necesarias…pero qué pasa con la culpa como mecanismo regulador evolutivo de la supervivencia y del comportamiento. Por ejemplo, personas con escasos sentimientos de empatía que dañan a otras y no asumen las responsabilidades de SUS actos, cómo adecúas tu aseveración de que "el error no existe" y si me voy un poquito más allá a la tradición judeo cristiana con el concepto del pecado que significa "errar en el blanco" i hacer algo inadecuado y sólo es purgable y los mecanismos de perdón son dados por la gente que evalúa tu "error" ante códigos como la Biblia, por ejemplo, que enumera pecados como el adulterio, el asesinato y que bajo su óptica reciben redención sólo por arrepentimiento genuino que imagino tiene una gran dosis de culpa. CÓmo ve eso alguien que priva de la vida a otra persona, creo que es sano que sen sienta culpable y pague por lo que hizo. es mi impresión no avalando ninguna religión….ya se pasa a planos ético morales que quizás justificarán la culpa. Nop en vano a un criminal se le dice usted es culpable o inocente…y muchos psicópatas o personas que han mentido y se han salvado no han reconocido su culpabilidad. Saludos desde Chile, cariños.
Gracias Rafa por tus palabras. Coincido contigo en que estamos programados -reforzado nuestro comportamiento- para evitar el error, desde la negatividad, la culpa, el castigo, el sentimiento de inferioridad… y esto nos invalida para seguir aprendiendo, para lanzarnos al mundo y experimentar en libertad.
Tanto pensar causa ansiedad
Rafa un saludo, me ha encantado tu artículo nunca lo había visto de esa manera.
Sobre todo esta parte: ¿Recuerdas cuando aprendiste a escribir? cuando no escribías bien, ¿eran errores o es que estabas aprendiendo?
Cuando niño no recuerdo recriminarme en no poder hacerlo al contrario me felicitaba al hacerlo bien y son cosas que con la edad dejamos de entender.
Hace unos días leí un estupendo artículo en http://blog.corentt.com/como-controlar-la-ansiedad muy interesante también.
Mucho éxito y muchas gracias Rafa.